Cajita de luces



A las 3 de la tarde salía el Juako (así lo llamaban sus amigos por un personaje que salía en una comedia de medio día con personajes sobreactuados de clase alta), los días martes, miércoles y viernes después del colegio era común verlo en el semáforo que estaba al lado del Santa Isabel de su población donde ya lo conocían los automovilistas y los guardias del supermercado como el payasito, por que a su corta edad de 10 años debía ir a trabajar para cooperar con un granito de arena en sus gastos y no hacerle tan pesado el “día a día” a su familia ya que una madre debía mantener a sus 3 hijos, y aguantar a un padre alcohólico que nunca estaba en la casa y se gastaba el dinero de que ganaba en alcohol y en juerga, y solo un poco se lo dejaba a verónica, su esposa, madre esforzada que adora a sus hijos y que no quiere que estén sumisos en la misma realidad que cayó ella.

Un día lunes Juako fue a hacer una tarea a la casa de un compañero de curso, su amigo tenía un poco mas de recursos que el, y en su casa vio un televisor, esa caja llena de diversión, cultura, buenas intenciones y una información verídica sobre todas las cosas claro. Juako se entretuvo mucho viendo los monitos que el nunca había podía apreciar y llego corriendo a su casa diciéndole a su madre que si podían instalar el televisor que estaba en el patio trasero, la madre lo dudo pero al ver a su hijo tan motivado y entusiasmado por tenerlo que cedió en instalar el televisor en el living de la casa. Juako se pasaba todo el día frente a la pantalla, ya dejo de ir al semáforo e incluso bajo sus excelentes notas en el liceo por que se pasaba la mayor parte del día viendo televisión…

Toda esta rutina televisiva de Juako cambió cuando un día que se quedo en casa por que estaba enfermo, viendo los matinales cuando en una sección de “niños” Camiroaga mostraban a los menores con celulares adaptados a sus gustos con diseños de los mismos monitos que tanto le gustaban a Juako, el niño quedo maravillado, no lo podía creer, ¡un celular! Juako espero a su madre que llegaba a las 9 de la noche de la casa donde trabajaba como nana y corrió a decirle que el quería un celular que en la tele los niños tenían uno y que el quería uno… verónica su madre, se tomo el tiempo de decirle que esos celulares ellos no lo podían tener que los niños que salían en la tele tenían mas plata que ellos y que esos celulares son muy caros y no los podía tener. Juako se enojo con su madre, le dio pena, rabia, el no podía creer que si ellos tenían celular por que no podía tener, si ellos tenían poleras bonitas ¡¿porqué el no podía?¡

Juako volvió a los semáforos a trabajar para juntar el dinero para comprar el celular, así durante mucho tiempo, pero el dinero no era suficiente; Juako estaba desesperado, el quería el celular a como de lugar.

Nacho el hermano mayor de Juako que se encontraba en la toma de su colegio hablo con su hermano respecto al tema hasta llegar a las lágrimas, una larga conversación en la que Juako no transaba su idea de tener un celular. Nacho quedo preocupado y tomo la decisión de regalarle el celular a su hermano pero el sabia que no lo podía costear, así que tomo la decisión de ir a Las Condes y robar un celular a alguien que tuviera uno de marca con cámara y accesorios, el sabía que a su hermano menor le iba a encantar. Nacho logro robarle el celular a una señora, Nacho según el salió imprevisto del acto y le llevo el celular a su hermano. Cuando Juako llego del colegio vio a su hermano y este le dijo:

Juako, toma, te lo mereces -

Juako no lo podía creer, el celular que vio en la televisión y aún mejor lo tenía en sus manos y era suyo, Juako abrazo a su hermano y lloro de felicidad junto a el y su madre y les agradeció profundamente.

En ese momento de emoción y felicidad tocan a la puerta, Juako abre y un hombre alto de verde uniforme busca a Ignacio Rojas por haber robado a la esposa de un carabinero en Las Condes.

Nacho es esposado, Verónica llora hasta no poder más, y Juako sentado en el suelo con el celular en las manos hasta que un carabinero se lo arrebata y se lo lleva junto con su hermano. Juako entro en colapso se levanto y entre su rabia y pena boto el televisor y lo pateaba con una rabia impresionante que no podía controlar.

Desde ese día su familia nunca volvió a ser la misma, Juako creció y ya no era el payasito del semáforo sino que un adolescente temido por los demás que no llegaba a su casa y no iba al colegio, si no que vendía celulares robados en la feria, para poder llevar el pan a su hogar.

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